El cuadro clínico de obstrucción intestinal, como su propio nombre indica, supone la existencia de un obstáculo en el tránsito del contenido intestinal a lo largo del propio tubo digestivo, o bien una incapacidad motora del intestino, lo que impide el tránsito habitual a lo largo del mismo. Puede ser debido a múltiples causas, que tienen en común el desarrollo de un cuadro clínico denominado abdomen agudo, habitualmente de instauración rápida, y que precisa de una acción urgente para su pronta resolución.
Existe un elevado número de procesos que pueden producir un cuadro de abdomen agudo que, clínicamente, se manifiestan de forma inespecífica, por lo que el diagnóstico diferencial de los mismos resulta bastante complejo. Ante un paciente con un cuadro clínico sugestivo de abdomen agudo debe establecerse el grado de urgencia, y el carácter médico o quirúrgico del proceso.
Los cuadros obstructivos son muy comunes, siendo más frecuente en cachorros; los cuales tienen el hábito de jugar con lo primero que se encuentre: adornos, tornillos, medias, periódicos, etc.
Podemos clasificar los cuadros obstructivos teniendo en cuenta la causa que los produce en:
a. Luminales: La oclusión se encuentra en la pared intestinal, puede ser producida por tumores, como el adenocarcinoma o el leiomioma; o ser provocados por granulomas, atresia congénita de alguna porción del intestino, hematomas, etc.
b. Intraluminales: cuerpos extraños atorados en el intestino.
c. Extraluminales: Intususcepción, vólvulos, hernias, adherencias postquirúrgicas, etc.
La intususcepción es una invaginación de la luz intestinal, en la que la porción invaginada (el intussusceptum) se introduce distalmente en la porción externa envolvente (el intussuscipiens) debido al movimiento peristáltico del propio intestino. La intususcepción que no se alivia ocluye los vasos del intussusceptum, lo que supone la aparición de un proceso isquémico en la pared intestinal.
Sintomatología:
La historia clínica es de suma importancia, preguntar si el perro despedazó algún objeto, si en las heces se han visto materiales extraños, cuadros de diarrea persistente o la realización de una cirugía reciente. Los signos clínicos varían dependiendo de la ubicación anatómica de la obstrucción y si ésta es completa o parcial.
a. Obstrucción total que compromete al estómago o intestino delgado proximal: Vómito frecuente con volumen considerable, lo que conducirá a un estado de deshidratación; hay anorexia, decaimiento y debilidad muscular marcada (hipopotasemia por deshidratación) puede presentarse diarrea.
b. Obstrucción en el intestino delgado distal o intestino grueso proximal: Vómito esporádico y su volumen escaso; la deshidratación es leve y podemos observar diarrea. El apetito está disminuido con pérdida notoria de peso.
c. Obstrucción distal del colon: Vómito intermitente y de poco volumen, se observa distención abdominal, tenesmo y diarrea o constipación si la obstrucción es total o parcial.
La obstrucción mecánica del intestino delgado produce la acumulación de líquido y gas proximal a la obstrucción, con la consiguiente distensión del intestino, que es iniciada por el líquido ingerido, secreciones digestivas y gas intestinal. En el intestino entran todos los días grandes cantidades de saliva, secreción gástrica, bilis y jugo pancreático. El estómago tiene una capacidad muy pequeña para la absorción de líquidos, de modo que la mayor parte se absorbe en el intestino delgado.
Patogenia:
El gas intestinal es impulsado en sentido orofugo por el peristaltismo, y es expedido por el recto. El gas que se acumula en el intestino en un plano proximal respecto a una obstrucción se origina de: aire deglutido, dióxido de carbono por neutralización del bicarbonato, y gases orgánicos de la fermentación bacteriana. El aire deglutido es probablemente la fuente más importante del gas en la obstrucción intestinal, puesto que su contenido en nitrógeno es muy alto y este elemento no se absorbe por la mucosa intestinal; en consecuencia, el gas intestinal es predominantemente nitrógeno. Grandes cantidades de dióxido de carbono pueden ser liberadas en el intestino alto cuando el HCl o los ácidos grasos son neutralizados por bicarbonato y el CO2 representa el gas duodenal predominante. Pero la mayor parte de este CO2 es rápidamente absorbida por el intestino y, por tanto, poco contribuye a su distensión. Las bacterias intestinales que producen hidrógeno y metano están normalmente limitadas al colon; sin embargo, es posible que la flora anormal del intestino delgado durante la obstrucción intestinal produzca algo de hidrógeno o metano que contribuyan a la distensión. Uno de los acontecimientos más importantes durante la obstrucción mecánica simple es la pérdida de agua y electrolitos corporales causada principalmente por la distensión intestinal. En primer lugar, la distensión intestinal puede provocar vómitos reflejos, siendo además un fenómeno autoperpetuable en el intestino delgado obstruido, ya que la distensión aumenta la secreción intestinal. También, los segmentos del intestino obstruidos pueden alojar agua debido al edema que se desarrolla después de un periodo de obstrucción. Finalmente, puede haber trasudación de agua a través de la pared del intestino obstruido, lo que implicaría la aparición de líquido libre peritoneal, hecho que contribuiría a potenciar el fenómeno de deshidratación ya mencionado.
Este fenómeno da como resultado una mayor acumulación de líquidos en la porción del intestino proximal respecto a la obstrucción, lo que puede aumentar aún más la deshidratación.
Los resultados metabólicos de la pérdida de líquidos en la obstrucción mecánica simple del intestino delgado dependen del sitio y duración de la obstrucción. La obstrucción proximal del intestino delgado provoca más vómitos y menos distensión intestinal que la obstrucción distal. La proximal produce pérdida de agua, sodio, cloro, hidrógeno y potasio. La obstrucción distal implica el pasaje de grandes cantidades de líquido hacia el intestino y la posibilidad de aparición de acidosis metabólica. La deshidratación acompañante puede llevar a oliguria, hiperazotemia y hemoconcentración. Si persiste dicha deshidratación, los cambios circulatorios como la taquicardia, baja presión venosa central y gasto cardiaco disminuido, pueden llevar a hipotensión y shock hipovolémico. Otras secuelas de la distensión intestinal son: aumento de la presión intraabdominal, bloqueo del retorno venoso de las extremidades y elevación suficiente del diafragma para alterar la ventilación. Además, se produce una rápida proliferación de las bacterias intestinales durante la obstrucción intestinal. Normalmente, el intestino delgado contiene cantidades pequeñas de bacterias y es casi estéril. El que la población bacteriana del intestino delgado sea escasa se debe a factores diversos; pero para el mantenimiento de esa escasez de flora intestinal, es importante que exista un peristaltismo normal con progresión orofuga continua del contenido luminal. Durante el estasis del intestino delgado, cualquiera que sea la causa, las bacterias proliferan a gran velocidad; el contenido intestinal, por tanto, se torna fecaloide durante la obstrucción debido a la existencia de grandes cantidades de bacterias. Es probable que las bacterias del intestino delgado contribuyan en grado mínimo a los efectos nocivos de la obstrucción mecánica simple de este órgano, si bien estudios recientes demuestran que puede haber translocación de bacterias en un intestino delgado distendido y viable.
Este aumento de gas en el interior del intestino, provoca un serio daño isquémico del mismo; de no ocurrir una rápida resolución, el intestino sufrirá daños irreversibles, conduciendo de esta manera a una necrosis o muerte de una porción intestinal; lo que aumentará el dolor y la descompensación del paciente.
Diagnóstico:
Una buena recopilación del historial clínico, así como un examen clínico detallado serán fundamentales para la obtención de un diagnóstico; sin embargo debemos utilizar métodos complementarios de diagnóstico como lo son:
- Hemograma: El hematocrito puede estar elevado por la situación de deshidratación. Los glóbulos blancos van a estar incrementados con desviación a la izquierda.
Bioquímica sanguínea y electrolitos: Cualquier paciente con vómitos o evidencias de pérdida intraabdominal de líquidos en quien se sospecha obstrucción, debe someterse a determinaciones de concentraciones séricas de sodio, cloruro, potasio, bicarbonato y creatinina. La amilasa puede estar elevada aunque no es un dato definitivo ni fiable como indicador de obstrucción o estrangulación. Los gases sanguíneos pueden ser normales pudiendo observarse acidosis en cuadros muy evolucionados. El hematocrito, el recuento de leucocitos, y los electrolitos séricos deben ser medidos seriadamente para evaluar la adecuación del tratamiento y descubrir las primeras señales de necrosis hística. Las proteínas totales y la albúmina suelen estar elevadas por la deshidratación. - Radiología: cuando el cuerpo extraño es radiopaco el diagnóstico radiológico es simple ; si el cuerpo extraño es radiolúcido o la obstrucción es parcial, debemos de realizar estudio radiológico con medio de contraste. Una placa simple de abdomen en un paciente obstruido, se observará un asa intestinal distendida y dilatada por la presencia de gas. El tránsito gastrointestinal con medio de contraste es utilizado para obstrucciones de intestino delgado; cuando la obstrucción es distal (enterocólicas, cecocólicas o colocólicas) se debe utilizar enemas retrógrados con medio de contraste.
- Ecografía: En procesos como las intususcepciones es de gran ayuda diagnóstica, ya que la imagen ultrasonográfica es muy particular.
- Laparotomía exploratoria: para aquellos casos en los cuales no está claro el cuadro, el dolor abdominal es sumamente intenso y la descompensación del paciente es rápida. Si bien es cierto, éste es un método invasivo, mas se debe tener el cuidado de tratar de estabilizar al paciente. Por lo general, con este método se debe estar preparado para corregir cualquier estado anormal que se observe (cirugía correctiva).
Tratamiento:
Como primer paso, se debe de instaurar una fluidoterapia para compensar estados de deshidratación y desequilibrios ácido – base. Controlar el dolor de una forma eficaz, utilización de antibióticos de amplio espectro para contrarrestar el efecto nocivo de la proliferación bacteriana en el intestino.
a. Cuadros Obstructivos intraluminales por cuerpos extraños, que debido su forma y tamaño pueden transitar por el intestino sin provocar daño alguno ni atorarse en su tránsito: se puede utilizar dietas altas en fibra que favorezcan el tránsito intestinal, así como la utilización de medicamentos gastrocinéticos y manejo médico que ayude al tránsito libre del cuerpo extraño. Se debe dar monitoreo constante para asegurase del paso libre del cuerpo extraño por el intestino.
b. Cuadros Obstructivos Luminales o extraluminales: por lo general la resolución es quirúrgica.
Prevención:
Es de suma importancia supervisar los hábitos de nuestras mascotas, debe de evitarse la presencia de cualquier objeto que el animal pueda ingerir y provocar de esta manera cuadros obstructivos.
Reporte de un caso Clínico: Cuerpo extraño perforante
Paciente: Chester
Raza: Sin Raza Definida
Edad: 1 año
Sexo: Macho
Historia Clínica: El paciente en mención consumió huesos de pollo hace tres días; desde entonces viene decaído, no come, vómito esporádico, dolor abdominal intenso, abdomen tenso y pendulante.
Examen Físico: Paciente anémico, deshidratado, abdomen con dolor intenso, abdomen con líquido en su interior, respiración abdominal, deprimido, vómito esporádico.
Hemograma: Hematocrito y hemoglobina bajo; leucocitosis
Radiografía simple: Líquido en cavidad, 4 cuerpos extraños en intestino, gas.
Tratamiento: Fluido terapia, medicamentos para controlar el dolor, antibióticos. Se da terapia intensiva, sin embargo el paciente en lugar de estabilizarse, se deteriora y el dolor es cada vez mayor. Se realiza una Laparotomía de emergencia: Se observa cavidad abdominal llena de líquido, sanguinolento con necrosis intestinal en un segmento de unos 20 cm. de largo en intestino delgado, bazo totalmente congestivo y aumentado en tamaño, riñones globosos y congestivos, melena. El paciente se descompensa y muere en el procedimiento.
Reporte de un caso Clínico: Intususcepción
Paciente: Luna
Raza: Labrador
Edad: 8 meses
Sexo: Hembra
Historia Clínica: El paciente ha venido presentando vómito recurrente y diarrea; es remitido por la clínica Veterinaria Muñoz & Nanne para la realización de un Ultrasonido; el cual evidencia una intususcepción. Se decide realizar la intervención quirúrgica debido a la evidencia de la lesión y evitar la descompensación del paciente. Se prepara al paciente, el cual se encuentra estable, esto debido a la pronta atención y al adecuado manejo médico que se le brindó desde el momento en que se abordó el caso clínico por parte de la Dra. Carolina Cordero.
Ultrasonido: Imagen ultrasonográfica patognomónica de una intususcepción en la región pilórica.
Tratamiento: Remoción quirúrgica de la intususcepción, aproximadamente unos 10 cm de intestino; se realiza una enteroanastomosis término – terminal. El paciente se recupera de la anestesia y es sometido a un ayuno de 36 horas, posterior a ello se empieza con dieta semiblanda y la evolución es sumamente satisfactoria. Al día de hoy Luna es una cachorra saludable y traviesa.
Descripción de la cirugía: Se inicia con la preparación de Luna, para ello se realiza un procedimiento de pre oxigenación (Foto No. 16). Se inicia la cirugía y se realiza el abordaje abdominal denotándose líquido en cavidad (Foto No. 17). Se revisa todo el intestino, encontrando el área afectada (intususcepción); nótese la gran cantidad de gas en las asas intestinales y la porción de intestino secuestrado (Foto No. 18 y 19). Se empieza desinvaginar el secuestro de intestino (Foto No. 20) para poder definir cuanta la cantidad de intestino que se debe de eliminar (Foto No. 21). Se remueve la parte de intestino que está comprometido (Foto No. 22); se procede a realizar la enteroanastomosis término – terminal (Foto No. 23 y 24). Se debe de realizar un vaciamiento del gas y líquido acumulado en las asas intestinales para evitar más daños en la mucosa intestinal (Foto No. 25, 26 y 27). Se termina el procedimiento quirúrgico y se debe de realizar un ayuno por 36 horas; luego se inicia con una dieta semi-líquida paulatina hasta dar tiempo que el intestino nuevamente se recupere. Observemos el segmento intestinal que se removió (Foto No. 28 y 29) el cual presenta zonas hemorrágicas, paredes engrosadas y zonas de necrosis.