El ozono es un gas incoloro presente en la atmósfera (capa azul del cielo) y nos protege contra las radiaciones ultravioletas del sol. El ozono se caracteriza por tener 3 moléculas de oxígeno: O3. Es un gas con un olor muy característico, el cual en altas concentraciones es irritante para las vías respiratorias.
El ozono al poseer 3 moléculas de oxígeno, le da la propiedad de ser una molécula con alto poder de oxidación, lo que le confieren propiedades terapéuticas y biológicas que posibilitan la aplicación de la terapia en un amplio campo de especialidades.
Tanto en medicina Humana como en Veterinaria ha adquirido relevancia debido a su eficacia en enfermedades asociadas al déficit de las defensas antioxidantes. En enfermedades del sistema inmune, además de la aplicación en casos en donde se reporta un deficiente aporte de Oxígeno en los tejidos, enfermedades degenerativas e infecciones.
Los principales objetivos del Ozono son:
- Acción antimicrobiana: El ozono es un potente agente antimicrobiano que puede ayudar a combatir infecciones causadas por bacterias, virus, hongos y parásitos. Puede ayudar a reducir la carga bacteriana y acelerar la cicatrización de heridas.
- Mejora la circulación sanguínea: El ozono mejora la oxigenación de los tejidos y promueve la circulación sanguínea. Esto puede ser beneficioso en casos de enfermedades circulatorias, heridas mal cicatrizadas o condiciones crónicas en las que se requiere una mejora en el flujo sanguíneo.
- Acción antiinflamatoria: La ozonoterapia puede reducir la inflamación en los tejidos, lo que es especialmente útil en condiciones crónicas como la artritis o la enfermedad articular degenerativa.
- Estimulación del sistema inmunológico: El ozono puede modular y fortalecer el sistema inmunológico de los animales, lo que ayuda a aumentar la resistencia a enfermedades y promueve una mejor respuesta inmunitaria.
- Analgesia: En algunos casos, la ozonoterapia puede ayudar a aliviar el dolor en animales que sufren de enfermedades crónicas o condiciones dolorosas.
El Ozono utilizado en medicina es producido mediante unos dispositivos denominados generadores de Ozono, los cuales combinan 5% de O3 + 95% O2. La molécula de Ozono (O3), se forma por las numerosas uniones de una molécula de Oxígeno (O2) con un átomo libre de oxígeno. El Ozono es particularmente inestable se descompone de forma inmediata en Oxigeno diatómico, lo que hace difícil su transporte y almacenamiento, por esta razón es necesario que su obtención se practique en el lugar y momento de su empleo: Al generar el ozono debemos de administrarlo inmediatamente al paciente.
Existen distintas formas de aplicación del ozono al paciente, algunas de ellas son:
- Insuflación rectal de ozono: Consiste en introducir una pequeña cantidad de ozono en el recto del perro utilizando un equipo especializado. Es una técnica poco invasiva, muy bien tolerada por los pacientes con excelentes resultados al mejorar el sistema inmunológico y tratar ciertas enfermedades inflamatorias crónicas.
- Ozonoterapia sistémica: Implica la administración de una mezcla de ozono y oxígeno al perro mediante una vía intravenosa o subcutánea. Este método se utiliza para tratar afecciones inflamatorias o infecciosas, así como para estimular la cicatrización de heridas.
- Aplicación de inyecciones con ozono en el área afectada.
- Baños de ozono o lavado de heridas con agua ozonificada: Algunos baños medicinales de ozono se han utilizado en el tratamiento de problemas de piel, como infecciones o dermatitis. El perro se sumerge en una solución de agua ozonizada durante un período determinado.
Es muy importante recalcar que los beneficios de la ozonoterapia se ven a mediano plazo, normalmente de 2 a 3 días después de la aplicación por vía rectal, los pacientes muestran más dinamismo: se mueven mejor, comen mejor etc. Los tratamientos se hacen semanalmente de acuerdo con el caso a tratar y se pueden hacer por tiempos definidos cumpliendo objetivos médicos. Tratamientos frecuentes y a largo plazo, respetando siempre la condición de mi paciente no debería ocasionar ningún perjuicio en la salud del paciente, todo lo contrario, redunda en beneficios para el paciente.
Para poder aplicar ozono a un paciente, este debe de ser valorado por un médico veterinario, el cual debe de constatar si el paciente es idóneo o no para la aplicación del ozono. Se debe de tener particular cuidado con las siguientes situaciones:
- Hipertiroidismo: El ozono puede estimular la producción de hormonas tiroideas, por lo que no se recomienda su uso en perros con hipertiroidismo.
- Hemorragias o trastornos de coagulación: El ozono puede tener efectos anticoagulantes, por lo que no se debe aplicar en perros con trastornos de coagulación o que estén tomando medicamentos anticoagulantes. Se debe de efectuar siempre un hemograma que colabore con el estado del sistema plaquetario.
- Embarazo: No se recomienda la ozonoterapia en perras gestantes debido a la falta de estudios que avalen su seguridad durante esta etapa.
- Insuficiencia hepática o renal grave: En casos de enfermedades hepáticas o renales avanzadas y graves, el ozono puede ejercer una carga adicional sobre estos órganos, por lo que su uso debe ser evaluado con precaución. En estadios iniciales de las enfermedades si se puede aplicar con excelentes resultados. Siempre acompañado de exámenes de sangre que nos ayuden a valorar los órganos implicados
- Enfermedades respiratorias crónicas: El ozono puede irritar las vías respiratorias, por lo que se debe evitar su aplicación en perros con enfermedades respiratorias crónicas como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
- Epilepsia: El ozono puede tener efectos sobre el sistema nervioso central, por lo que su uso debe ser evitado en perros con epilepsia o predisposición a convulsiones.
Es fundamental que cualquier aplicación de ozono en medicina veterinaria sea realizada por un veterinario capacitado y con experiencia en ozonoterapia (que posea una certificación que lo acredite, así como del equipo que utilice). Antes de administrar cualquier terapia, es importante realizar una evaluación exhaustiva del paciente y tener en cuenta su historial médico, estado de salud actual y cualquier condición preexistente para determinar si la ozonoterapia es segura y apropiada en cada caso específico.